Adivinanzas de Cosas y Objetos de la Casa

¿Cuál es el colmo de un aspirador?

Una caja en tu casa
que te sube y que te baja.

Aunque tiene dientes
y la casa guarda,
ni muerde ni ladra.

Llevo secretos a voces,
corriendo por esos mundos
y sin que nadie los oiga
los doy en unos segundos.

Delante de Dios estoy,
entre cadenas metida,
ya me suben, ya me bajan,
ya estoy muerta, ya estoy viva.

¿Qué será, qué será.
Que siempre está en la puerta.
Y nunca puede entrar?

Cabezón y muy delgado
que se pone siempre negro,
después de haber sido frotado.

De nada me sirven
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.

Detrás de una puerta
lo han visto hacer,
sacar y meter
y dar con la panza,
y dice mi abuela
que no es picardía.

Vivo en alta situación
y en continuo movimiento,
con exactitud presento
del aire la dirección.

La mujer del quesero,
¿qué será?

¿Qué es que tiene patas pero no puede caminar?

Sube cargada,
baja sin nada.

No soy el sol,
tampoco el fuego;
pero la casa
bien que caliento.

Mi comadre la negrilla
sentada está en una silla;
mi compadre el colorado,
la quemaba por el lado.

Si me mojas hago espuma
con ojitos de cristal
y tu cuerpo se perfuma
mientras llega mi final.

Tan largo como un pepino,
tiene barba de capuchino.

Tamaño de una cazuela,
tiene alas y no vuela.

Tú de puntitas,
yo de tacones,
limpia que te limpia
por los rincones.

Muchos golpes recibe
cuando a la gente,
la entrada prohíbe.

Fui por un camino,
encontré una dama,
le pregunté su nombre
y me dijo: Juana.

Cuanto más se moja más te seca.
¿Qué es?

¿De qué hay que llenar un cántaro para que pese menos que el vacío?

¿En qué se parece América a una silla?

Tan grande como un alfiler,
hace a la gente correr.

En el buen tiempo a nadie marea,
en cuanto llueve repiquetea.

Aunque de comida voy cargado
la gente me vacía
y nunca soy tragado.

Tiene luna y no es planeta
Tiene un marco y no es puerta.
¿Qué es?

Un campo bien labrado
no gasta reja ni arado.

Cabecita fría
la noche haces día
cuando te restriego,
cabeza de fuego.

Durante el verano escondido,
en el invierno encendido.

Estoy dentro de él
y no puedo entrar en él.

Con patas y espalda,
no se mueve ni anda.

Tiene luna, no es planeta;
tiene marco y no es puerta.

En los baños suelo estar,
aunque provengo del mar.

Todas somos altas
gordas o delgaditas
y echamos mucho humo
por nuestras cabecitas.

Si tú lo quieres así,
adivíname esta cosa:
¿cuál es la dama que tiene
la cara contra la losa?

Tengo copa y no soy árbol,
tengo alas y no soy pájaro;
protejo del sol a mi amo,
en invierno y en verano.

Blanco por fuera y amarillo por dentro. ¿Qué es?

Cuatro patas tienen y no puede andar.
También cabecera sin saber hablar.

¿Cuál es una cama baja,
triste, sola y muy estrecha,
con grande presteza hecha,
donde nadie lleva alhaja
sino la que lleva puesta?

Es una caja habladora
que vive en todas las casas
y se calla a muy alta hora.

Dicen que quien lo tiene
es muy gracioso,
se sacude en la mesa
contra lo soso.

¿Qué le dice la sartén a la alcuza?

Aunque no hable
lo cuenta todo por cable.

Blanca es como el papel y la tiene la pared.

Quiere leche
y no es lechera
¿Qué será?

Un niño muy regordete
a su madre se la mete.

Sale de la sala,
entra en la cocina,
meneando la cola
como una gallina.

Redondo como un balón,
alumbra todo el salón.

Lana sube,
lana baja,
los ladrones no trabajan.

En invierno lo busco
porque da calor;
en verano me estorba
y lo echo al rincón.

Tiene un ojo y nada ve,
por abrir no es cosa dura,
sin embargo por cerrar,
sí que cierra y sí que es dura.

Que timbre y número tenga
y en verdad portal no sea
es cierto, y el que desea
hablar por él, no lo cuelga.

Tengo un reloj que no me puedo poner, ¿Por qué?

En la mesa me ponen
y sobre mí todos comen.

No tiene pies y corre,
no tiene dedos,
pero tiene anillos.

Tengo patas bien derechas,
pero no me puedo mover,
llevo a cuestas la comida
y no la puedo comer.

Con la mitad de mi nombre
te alimento,
y con la otra mitad,
te aumento.

Ya ves, ya ves,
tan claro que es.
No me la adivines
de aquí a un mes.

En la puerta está
y no quiere entrar.

Almacén de historias rotas
dicen muchos que yo soy
y en colegios y oficinas
por los rincones estoy.

¿Qué le dice una bombilla a otra?

Blanco por fuera,
lo guardas en la nevera.

Con la cama de un navío
y casa de centinela,
se hace el nombre de mi dama
sin que le falte una letra.

Cuatro patas tiene
y no puede andar
también cabecera
sin saber hablar.

Al principio una cama
y una fiera después.
¿Alguno de vosotros
sabe qué animal es?

Un animalito
con cuatro dientes,
que nos trae comida
muy diligente.

En ella me acuesto,
también me levanto,
y cuando estoy malo
de ella no salgo.

Un barbecho
bien labrado,
ni entra mula,
ni entra arado.

¿Quién será la desvelada,
lo puedes tú discurrir?
Día y noche está acostada
y no se puede dormir.

Dicen que tiene y no tiene,
mucho pincha, poco retiene.

Tan redondo como una cazuela,
tiene alas y no vuela.

Pino sobre pino, sobre pino.
Lino, sobre lino, flores.
Y alrededor amores.

En un rincón de la clase,
dónde yo estoy colocada,
acudes con los papeles
que no te sirven de nada.

¿Qué será, qué no será,
que está en la puerta
y no quiere entrar?

Es un campo colorado
con los surcos muy derechos;
muy en alto está situado
e inclinado de dos lados.

Aunque soy iluminada
siempre me tienen colgada.

Todos me buscan
para descansar
si ya te lo he dicho
no lo pienses más.

Quien me mira se refleja
así nadie tendrá una queja.

¿Qué se moja mientras seca?

Envuelta en su cobertor,
haga frío, haga calor.

Como conoce la clave,
gira por su laberinto
y deja entrar al recinto.

Redondo como la luna,
en él pongo la aceituna.

Redondito como un queso,
nadie puede darle un beso.

Soy liso y llano en extremo,
y, aunque me falta la voz,
digo en su cara a cualquiera
la más leve imperfección;
contesto al que me pregunta
sin lisonja ni aflicción,
si la misma cara pone,
la misma le pongo yo.

Es tu favorita
cuando sientes frío;
la encuentras escrita
en el verso mío.

Se abre el telón y aparecen tres camas: una de bronce marcada en 3.000
euros, otra de plata marcada en 4.000 y por último una de hierro marcada
en 100.000.
¿Cómo se llama la película?

Alta, alta,
bien delgadita,
y echa mucho humo
por la coronita.

Hace espuma,
quita las manchas
y huele muy bien.
¿Qué cosa es?

Doy vueltas y no soy tiempo,
un secreto sé guardar,
si no me cuidan, me pierdo.
¿Con mi nombre sabrás dar?

Soy un galán muy hermoso
de las damas muy querido;
nunca digo la verdad
ni en mentira me han cogido.

¿Qué le dijo el cuchillo a la gelatina?

La mitad del nombre mío
doy con mi nombre a entender;
la otra mitad se forma
con un nombre de mujer.

Colorín, colorado,
encima está del tejado.

Delante de una dama
me arrodillé,
derecha se la metí,
derecha se la saqué.

Soy como una escalerita
o como un hombre sentado
y cuando se habla de patas
soy las que tienen los bancos.

Lo usa el tendero
para comer,
lo lleva entero
si sabes leer.

Cien borombitos
en un borombón,
un mete y un saca,
un quita y un pon.

Por fuera, naranja,
por dentro, gas sólo;
pero con mi ayuda
se calienta todo.