Adivinanzas sobre el Mar y la Playa

¿Qué bicho dirás que es,
Que es algo y nada a la vez?

Cruza los ríos, también los mares.
Vuela sin alas a todas partes.

Ni de día, ni de noche.
Puede mi vela alumbrar.
Pero cuando sopla el viento.
Muy bien suelo navegar.

Adivina quien yo soy:
al ir parece que vengo,
y al venir, es que me voy.

Del mar salió mi nombre
y, tan desgraciada nací,
que, huyendo de la desgracia,
contra una garita di.

La última soy del cielo,
en Dios el tercer lugar.
Me encuentras siempre en navío
y nunca estoy en el mar.

Vivo en el mar sin ser pez.
Y soy siempre juguetón.
Nunca me baño en el Rin.
Porque soy el mismo del fin.

Sobre la vaca, la "o",
a que no lo aciertas, no.

Estoy en el cielo,
estoy en el mar,
también en las turquesas
y el pavo real.

¿Quién es aquél que va allí,
que no es dueño de sus pies?
Lleva la tripa arrastrando
y el espinazo al revés.
Cuando empieza a caminar
mete los pies en el vientre,
y los pasos que va dando
no hay nadie que se los cuente.

Pálida es mi cara, pero hermosa a veces. De tarde se me ve borrosa, en cambio de noche brillo como ninguna sobre él mar, sobre el río, o la laguna ¿Quién soy?

En los baños suelo estar,
aunque provengo del mar.

Dos pinzas tengo,
hacia atrás camino,
de mar o de río
en el agua vivo.

En mí se mueren los ríos.
Y por mí los barcos van.
Muy breve es el nombre mío.
Tres letras tiene, no más.

¿Cuál es el animal que tiene la cabeza más separada del cuerpo?

¿Por qué el mar hecha espuma?

Soy chiquitito, puedo nadar.
Vivo en los ríos y en alta mar.

El que lo pica se hace pez.
¿Quieres que te lo diga otra vez?

En el agua siempre está
y tú lo puedes pescar.

Si estuvieras en medio del mar ahogándote, ¿qué harías?

En el principio de Roma,
tú me puedes encontrar.
Vivo en medio de París
y también al final del mar.

Blanquita soy,
hija del mar;
en tu bautizo,
tuve que estar.

Que lo busquen en el mar.
Porque en la tierra.
Por más que aren, que aren.
Que en la tierra no lo encuentran.

En el mar yo no me mojo.
En las brasas no me abraso.
En el aire no me caigo.
Y me tienes en tus brazos.

En el mar es donde vivo.
Plateado es mi color.
Cruzo veloz como el rayo.
Adivina quién soy yo.

Mi pueblo es costero,
sueño con el mar,
en mi viejo barco
me voy a pescar.

En medio del mar
hay una negrita,
no come ni bebe
y siempre está gordita.

Nace en el mar,
muere en el río.
Ese es mi nombre...
¡pues vaya un lío!

Colorín, colorán,
pasó por el mar.
Si no te lo digo,
no lo acertarás.

Nadie lo ha visto en el mundo
ni lo ha llegado a tocar,
y ha derribado más casas
que arenas tiene la mar.

Tengo nombre árabe.
Soy cristiana, tengo cante.
Pero no canto necesariamente.
Y en el reino de Valencia.
Vivo constantemente.

Yo soy un pobre negrito,
no tengo brazos ni pies,
navego por mar y tierra
y al mismo Dios sujeté.

El cielo y la tierra se van a juntar.
La ola y la nube se van a enredar.
Vayas donde vayas siempre lo verás.
Por mucho que andes nunca llegarás.

¿Qué no tiene principio, medio, ni final pero, toca cada continente?

Da oleadas como el mar,
tiene raspa y no es pescado,
y es la cosa más divina
que el alto cielo ha criado.

Me encuentras en la playa
a la sombra y al sol,
mi nombre tiene cara
y también tiene col.

Tengo tinta, tengo plumas
y brazos tengo. Además,
pero no puedo escribir,
porque no aprendí jamás.

Sin ser el padre de Adán,
principio y fin del alma he sido.
En medio del mar
y al final de la tierra
se escucha mi sonido.

Lleva años en el mar.
Y aún no sabe nadar.

El padre está en el mar
y el hijo está en la iglesia.

Olas hace,
río no es,
barbas tiene
y hombre no es.

Si el agua del mar se volviera vino, ¿cuántas tinajas llenaríamos?

Uso aguja sin coser.
Corto sin tijeras.
Y ando sin pié.

En la mesa estoy
y no me comes;
en la lumbre
y no me abraso,
en el mar y no me mojo,
pero no estoy en tu ojo.

Tiene hocico pequeñito,
se pesca siempre en el río,
tiene pintas de colores
y es alimento muy fino.

Con su risa mañanera.
Toda la playa alborota.
Pescadora y marinera.

Entro por el mar
y salgo por la garita.
¿Quién soy?

Haciendo ruido vienen.
Haciendo ruido van.
Y, cuando mañana vuelvan.
De igual manera se irán.

Olas me llevan, olas me traen.
Pero las velas, nunca se me caen.

Llegamos sin cesar, una tras otra.
Desde el mar a la playa a descansar.
A veces, sin embargo, más furiosas,
los barcos podemos destrozar.

Es Puerto y no de mar.
Es rico, sin capital.

¿Cuál es el pez que siempre va lleno?

Iba una vaca de lado.
Luego resulto pescado.

Pinche colorado
va por el mar;
si no me lo aciertas,
te voy a capar.

Estoy en el mar y en tierra,
en la montaña y el llano,
me encuentras en paz y en guerra
y en el extremo africano.
Si aún no sabes quién soy
y tienes desasosiego,
puedo decir con razón
que te estás quedando ciego.

En un puerto hay tres barcos.
Uno es un crucero.
Otro un trasatlántico.
Y el otro ya te lo he dicho.

Desde el día en que nací.
Corro y corro sin cesar.
Corro de noche y de día.
Hasta llegar a la mar.

Cartas van,
cartas vienen,
pasan por el mar
y no se detienen.

¿Qué le dice el mar a uno que se está ahogando?

Soy pequeña y colocada.
En dos conchas colocado.
Como no puedo nadar.
Me pego a las rocas del mar.

En dos castañuelas voy encerrado.
Y al sacarme del mar
me pongo colorado.

No pienses en otras cosas.
Que las tienes en el mar.
O las ves llegar furiosas.
O las ves mansas llegar.

Alí y su perro Can
fueron a tomar el té,
a una ciudad junto al mar
que ya se la he dicho a usted.

En medio del mar estoy,
no soy ni buque ni vela
y si vas al arsenal
me encontrarás la primera.

Es verde y no es del huerto,
tiene marea y no es mar,
y si yo no te lo digo,
no lo vas a adivinar.

Ayer vinieron,
hoy han salido,
vendrán mañana
con mucho ruido.

Mi reinado está en el mar,
soy de peso regordeta;
un día, siglos atrás,
me tragué entero a un profeta
aunque luego lo expulsé
al pensar que estaba a dieta.

Es verde y no es perejil,
pajizo y no es azafrán,
tiene corona y no es rey,
y espina sin ser del mar.

No lo parezco y soy pez.
Y mi forma la refleja.
Una pieza de ajedrez.

Me muevo, sin ser yo agua,
hago olas y no soy mar.
¿Me lo puedes acertar?

Soy blanca como la nieve
y en el mar soy yo criada,
de cristiana tengo algo
aunque no estoy bautizada.

Es la reina de los mares,
su dentadura es muy buena,
y por no ir nunca vacía,
siempre dicen que va llena.