Lista llena de adivinanzas largas para niños y adultos. Las adivinanzas largas suelen ser más complejas que las adivinanzas cortas.
Niños y niñas
con sus profesores,
pupitres y sillas,
pizarras y flores,
libros y cuadernos,
tizas, borradores,
muchos lapiceros
de varios colores.
Allí tu vas.
¿Lo adivinarás?
Yo en el suelo me crié
y todos sin compasión,
para saber si estoy rica
me comen el corazón.
Tengo un tabique en el medio.
Dos ventanas a los lados.
Por las que entra el aire puro.
Y sale el ya respirado.
De una cuarta un poco más,
sin hueso ni coyuntura,
todos los hombres lo llevan
y también el señor cura.
Tengo muchos pares.
Te los puedes probar.
Pero si te los llevas.
Tendrás que pagar.
Yo soy siempre desdichado
y es tan grande mi bajeza,
que después que me has comprado
y tu esclavo me has llamado
me quebrantas la cabeza.
Con dos patas encorvadas.
Y dos amplios ventanales.
Quitan sol o dan visión.
Según sean sus cristales.
Vi sentada en un balcón
a una distinguida dama,
busca en el primer renglón
y verás cómo se llama.
Nazco y muero sin cesar.
Sigo no obstante existiendo.
Y sin salir de mi lecho.
Me encuentro siempre corriendo.
Blanco fue mi nacimiento,
después de verde vestí,
y ahora que ya estoy de luto
hacen aprecio de mí.
Soy un caballero muy aseñorado.
Tengo doce damas para mi regalo.
Todas van en coche y gastan sus cuartos.
Todas usan medias, pero no zapatos.
Zorra le dicen, ya ves,
aunque siempre del revés,
se lo come el japonés
y plato muy rico es.
¿Qué es?
Lámina que no se ve
y nos protege del viento.
Aunque la atraviesa el sol,
se empaña con el aliento.
Blanca como la leche
Negra como el carbón es
Habla aunque no tiene boca
Y anda aunque no tiene pies.
Somos verdes y amarillas,
también somos coloradas,
es famosa nuestra tarta
y también puedes comernos
sin que estemos cocinadas.
¿Qué ser es el que anda
de mañana a cuatro pies,
a mediodía con dos
y por la noche con tres?
Animal soy, desde luego;
me llaman el jorobado,
y que tengo cuatro patas,
ya se da por descontado.
Hago papas y monarcas,
príncipes y emperadores,
hago, sin ser Jesucristo,
peces, hombres y mujeres.
Aunque no soy florista
trabajo con flores
y por más que me resista
el hombre arrebata
el fruto de mis labores.
Era alto
y de bello parecer.
Y cuando lo nombraron rey
Tras el bagaje se fue a esconder.
Sin mí no tendrías pan,
ni pasteles, ni empanada.
Nazco verde y estoy dorada
por los días de San Juan.
Una pregunta muy fácil,
sabiéndola contestar.
¿Qué planta se riega justo,
cuando la van a cortar?
Mi picadura es dañina,
mi cuerpo insignificante,
pero el néctar que yo doy
os lo coméis al instante.
El rey león mandó a llamar a todos los animales para sacarse una foto ¿Quién no salió en la foto?
Ver respuestaSin tener alas, yo vuelo,
tengo cola y no soy ave,
y como tú bien lo sabes,
sin viento me vengo al suelo.
Fue engañadora
y adúltera la infiel mujer.
Y se decía profetiza,
Más era empleada de Lucifer.
Blanco fue mi nacimiento,
muy verde mi mocedad
y amarilla mi vejez.
¿Adivinas lo que es?
A la entrada de tu casa.
Algo suena si la aprietan.
Y tú sales presuroso.
A abrir deprisa la puerta.
Soy alta como un gigante,
como el mayor ciudadano,
me miran porque soy bella
aunque siempre esté fumando.
Pregunto por la pelea
entre reyes y señores,
que sin ninguno se vea,
unos son vencidos
y otros vencedores.
Soy pequeña y colocada.
En dos conchas colocado.
Como no puedo nadar.
Me pego a las rocas del mar.
En un huerto no muy llano
hay dos cristalinas fuentes;
no está a gusto el hortelano
cuando crecen las corrientes.
¿Os lo creeréis si os lo digo.
Que esta es su capital?
Pero no es esta, os lo digo.
Sino ruega y lo sabrás.
Por un caminito alante
va caminando un bicho,
y el nombre del bicho
ya te lo he dicho.
Pájaro lo tiene 2 veces, pato lo tiene 1 vez, pero el perro no lo tiene ¿Qué podrá ser?
Ver respuestaTengo cabeza redonda,
sin nariz, ojos, ni frente,
y mi cuerpo se compone
tan sólo de blancos dientes.
Sobre un camino de hierro.
Muchas sorpresas tendrás.
Subo y bajo bruscamente.
A mucha velocidad.
Somos blancos, larguiruchos,
nos fríen en las verbenas,
y dorados, calentitos,
nos comen nenes y nenas.
De mi madre nací yo,
sin fundamento de padre;
y luego me he muerto yo
y de mi nació mi madre.
Sólo una vez al año
tú celebras ese día,
y conmemoras la fecha
en que llegaste a la vida.
Tengo cadenas sin ser preso.
Si me empujas voy y vengo.
En los jardines y parques.
Muchos niños entretengo.
Pequeños, redondos con agujeritos.
Valemos muy poco, solos o juntitos.
Más de nosotros depende.
El buen vestir de la gente.
Formo parte de París.
En el fin del mar me encuentro.
En el principio de Roma.
Y del Norte, estoy en el centro.
Entre dos murallas blancas
hay una flor colorada,
que con lluvia o buen tiempo
esta siempre bien mojada.
No pienses en otras cosas.
Que las tienes en el mar.
O las ves llegar furiosas.
O las ves mansas llegar.
Vengo al mundo a trabajar.
Tengo tan mala suerte.
Que todos me pinchan muy duro.
Y yo no me puedo quejar.
Alí y su perro Can
fueron a tomar el té,
a una ciudad junto al mar
que ya se la he dicho a usted.
Zapatos de goma
Ojos de cristal
Con una manguera
Lo alimentarás.
Dentro del garaje
Lo sueles guardar.
Soy liso y llano al extremo,
y aunque me falte la voz,
respondo al que me consulta
sin agravios ni favor.
Ave tengo yo por nombre
Llana es mi condición.
El que no acierte mi nombre
es porque no presta atención.
Un agricultor va al campo y se le olvida el tabaco. Se encuentra nueve colillas, y de cada tres se fuma un cigarro.
¿Cuántos cigarros se fuma?
Seco como un tronco soy,
en el agua me deslizo,
en la orilla tomo el sol
y a todos atemorizo.
En los días de tu juventud,
acuérdate de tu creador.
Y serás de larga vida,
Lo dijo: ¿Qué predicador?
En medio del mar estoy,
no soy ni buque ni vela
y si vas al arsenal
me encontrarás la primera.
¿Qué cosa es,
que silba sin boca,
corre sin pies,
te pega en la boca
y tú no la ves?
Es verde y no es del huerto,
tiene marea y no es mar,
y si yo no te lo digo,
no lo vas a adivinar.
Ni torcida ni inclinada.
Tiene que estar la pared.
Para eso tengo plomada.
Y me ayudo del nivel.
¿Qué es lo que se repite
una vez cada minuto,
dos veces cada momento
y nunca en cien años?
En un punto y un instante,
en un punto fue mi ser.
Sirvo al rey, sirvo al tunante
y al que me quiere ocupar,
y para mentar mi nombre
me parten por la mitad.
Siempre de mí dicen algo,
aunque muy humilde soy,
don me llaman en el mundo,
adivíname quién soy.
Donde dice que: Pedro, Jacobo y Juan,
Con Jesús en comunión.
Fueron testigos de los fulgores
De la transfiguración.
Con el pelo rojo, la cara amarilla y llena de granos.
soy rico alimento si estoy cocinado.
Tiene famosa memoria,
fino olfato y dura piel,
y las mayores narices
que en el mundo pueda haber.
¿Cuál es esa fortaleza
que está llena de soldados,
con vestidos colorados,
con huesos y sin cabeza,
de real insignia adornados?
Redondo soy
y es cosa anunciada
que a la derecha algo valgo,
pero a la izquierda nada.
No soy Dios y espero serlo,
y aunque la tierra es mi madre,
algún día espero ser
Hijo del Eterno Padre.
Mi reinado está en el mar,
soy de peso regordeta;
un día, siglos atrás,
me tragué entero a un profeta
aunque luego lo expulsé
al pensar que estaba a dieta.
Entre pared y pared
hay una cinta encarnada,
que lloviendo o sin llover
siempre la verás mojada.
Mi compañerita y yo
andamos en un compás,
con el pico hacia adelante
y los ojos hacia atrás.
No pienses que es una col,
o que baila el "cha-cha-chá";
búscala sobre tu cama,
que yo te la he dicho ya.
Es una enorme naranja.
Pero de zumo salado.
Los gajos se le suponen.
Entre un par de meridianos.
En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
Fue un profeta que luchó
Contra el imperio del mal
Y mató a 450 profetas de Baal.
La letra más alta soy.
La más delgada también.
La luna y el sol me llevan.
El aire nunca me ve.
Ventana sobre ventana,
sobre ventana balcón,
sobre balcón una dama,
sobre la dama una flor.
No soy sólo un tallito.
Pues si me tocas te harás daño.
Ya que la piel te irrito.
Cuando el tiempo se nos troca,
veréis si queréis mirar,
a un animal que nos canta
sin tener dientes ni boca.
Siete puñalitos tengo
sin ser la madre de Dios;
tengo corona de espinas
y no soy nuestro Señor.
En medio del mar estoy,
no soy de Dios ni del mundo,
ni del infierno profundo,
y en todas partes estoy.
Adivina, adivinanza.
¿Qué tienen los reyes en la panza.
Igual que cualquier mendigo?
El reloj de la Puerta del Sol da una campanada cada segundo. ¿Cuanto tarda en dar 12 campanadas?
Ver respuestaEn Granada hay un convento,
y más de mil monjas dentro,
con hábito colorado;
cien me como de un bocado.
La jaula es su casa,
su ropaje amarillo,
con su canto alegra
a todos los vecinos.
Nunca podrás alcanzarme,
por más que corras tras mí,
y aunque quieras retirarte
siempre iré yo junto a ti.
Un bichito muy ligero
anda por tierra preciosa,
a cada bocado que da
deja sembrada una rosa.
Metida va en un baúl,
el burro la lleva a cuestas,
yo nunca la llevo puesta
y siempre la llevas tú.
Te doy mi leche y mi lana
y para hablar digo bee,
si no adivinas mi nombre
nunca yo te lo diré.
Diminuta astillita de cabecita roja.
Capaz de hacer cenizas a la madera más gorda.
En un cuarto me arrinconan.
Sin acordarse de mí.
Pero pronto van a buscarme.
Cuando tienen que subir.
Tengo mas de 3 lados y menos de 5 lados. Tengo todos mis lados iguales.
¿Quién soy?
Mil dientes bien en fila.
Agudos y cortantes.
Que árboles robustos.
Derriban al instante.
Sólo una faja es mi vestido.
Cuando me lo quitan arranco a bailar.
Pies y manos no tengo.
Pero a los más jóvenes entretengo.
Es verde y no es perejil,
pajizo y no es azafrán,
tiene corona y no es rey,
y espina sin ser del mar.
Muchos soldaditos,
siempre muy blanquitos,
siempre trabajando
todos muy juntitos.
Soy dama cruel, temerosa,
me paseo en verde prado,
y todo aquel que me mira
se queda muy espantado.
Yo luzco un largo vestido
que en tienda no fue comprado,
no fue por mano de sastre,
ni medido ni cortado.
Cortinas son,
de tela no.
Cuando nace el sol,
se abren,
se cierran al dormir yo
y se abren y se cierran,
sin ton ni son.
Dos hermanas diligentes
Que caminan al compás,
Con el pico por delante
Y los ojos por detrás.
Es dulce como la miel,
Valiosa como el oro de ofír.
Y te consuela y da esperanza
A la hora de morir.
Dos hermanas en la plaza.
Ambas marchan a la par.
Si una da doce vueltas.
La otra una, nada más.
Es muy amigo del vino
y da aviso de trompeta,
guárdense de su lanceta,
el que tiene bueno el tino,
le mata en su misma treta.
Página 7 de 8