Lista llena de adivinanzas largas para niños y adultos. Las adivinanzas largas suelen ser más complejas que las adivinanzas cortas.
En el agua siempre vivo,
plateado es mi color,
veloz como el rayo nado.
¿Cómo he de llamarme yo?
Tiene manos y no tiene dedos,
tiene boca y no tiene dientes,
tiene panza y no tiene tripas,
tiene culo y no tiene ojete.
Si nos comen somos dulces,
si nos arrean, amargas,
y siempre habrá quien se alegre
cuando del fuego nos sacan.
En el altar me adoran
y en el agua me bendicen,
pues al decir de los sabios
soy la primera entre todas.
Soy un señor encumbrado,
ando mejor que el reloj,
me levanto muy temprano
y me acuesto a la oración.
Soy blanca como la nieve
y en el mar soy yo criada,
de cristiana tengo algo
aunque no estoy bautizada.
Como una ametralladora.
Se escucha mi tableteo.
Pero estoy en la oficina.
Que mi oficio no es guerrero.
Un tren va de Jaén a Madrid y otro en dirección contraria choca con él.
¿Cómo se llaman los jefes de estación?
Cinco hermanos muy unidos
Que no se pueden mirar.
Cuando riñen, aunque quieras,
No los puedes separar.
Es la reina de los mares,
su dentadura es muy buena,
y por no ir nunca vacía,
siempre dicen que va llena.
Zumba que te zumbarás.
Van y vienen sin descanso.
De flor en flor trajinando.
Y nuestra vida endulzando.
Doy descanso,
doy tormento
al bueno y al desleal,
y los hombres por igual
quieren dejarme su aliento
y su vida natural.
¿Quién, allá en lo alto,
en las ramas mora
y allí esconde, avara,
todo lo que roba?
La cartera, compañera.
Me acompaña con frecuencia.
Voy de portal en portal.
Llevando correspondencia.
En una larga abertura
tengo yo mi dentadura
y luego que empiezo a hablar,
todas mis piezas se mueven
sin poderlas yo parar.
Los siete son hermanitos.
Y viven un solo día.
Cuando uno nace otro muere.
Y así se pasan la vida.
Jesús un nombre le dio,
Y algunas veces fuerte lo amonestó,
Y tres mil almas se salvaron
Cuando un sermón predicó.
Vive en pie constantemente
Con los brazos hacia fuera
Se desnuda en el otoño
Y se viste en primavera.
Estoy en plátano
y no se come;
estoy en perro
y no te ladra;
estoy en piedra
y no te daña.
El boticario y su hija, el médico y su mujer, se comieron nueve huevos, les tocaron a tres.
Ver respuestaAbierta siempre estoy
para todos los niños.
Cerrada y triste me quedo
los domingos.
¿Quién es la sabia persona
de tal saber y tal furia,
que a quien le sirve o injuria,
nunca jamás lo perdona?
Cree en Dios sin faltar nada,
no quiere ser bautizada,
y pues tanto escandaliza,
en un fuego que ella atiza
habrá de ser abrasada.
Si sumas uno más uno
evidente que da dos,
y si da dos te descubro
dos veces la solución
de este juego de salón.
Entre sábanas de Holanda
y colchas de carmesí,
parió la reina un infante
del color del perejil.
En la luna es la primera.
La segunda en Plutón.
En la Tierra no se encuentra.
Yes la última en el Sol.
Tengo hojas sin ser árbol,
lomo tengo y caballo no soy,
y, aunque sin lengua ni boca,
buenos consejos yo doy.
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